Cómo sanar del dolor emocional profundo y crónico.

1.- ¿Qué diferencia hay entre un coach y un mentor?

Un coach es un profesional que a través de la técnica concreta del coaching ayuda a sus clientes a pensar y a tomar decisiones por sí mismos. Su trabajo no consiste en aconsejar directamente, sino en hacer que el cliente—o coachee—aprenda a hacerse las preguntas correctas para encontrar sus propias respuestas.

Un mentor es un profesional que posee formación y habilidades demostradas en un campo de conocimiento, pero también experiencia personal y de vida. Por tanto, está capacitado para aconsejar y guiar de forma muy concreta y eficaz porque conoce todos los entresijos de ese campo ya que él o ella superó con éxito los problemas que tiene la persona mentorizada—o mentee. El mentor es un modelo a seguir.

En definitiva, un coach nunca te dice lo que tienes que hacer. Con argumentos, datos razonados e historias de éxito propias y de otras personas, un mentor sí.

(Isabel Tarín mentora también posee formación en coaching, pero la utiliza en sus mentorías muy ocasionalmente).

Estas son las opiniones de algunas mujeres sobre la figura de la mentora:

  • Tener una mentora me ha sorprendido gratamente. Que ella haya sufrido y superado la recuperación es, sin duda, un valor fundamental. Nunca antes nadie me había entendido como ella y eso que han sido muchos los profesionales que he visitado. Te entiende perfectamente, te apoya, te orienta, y te da millones de ejemplos de su recuperación personal (además con dichos anecdóticos de su pueblo que me encantan), historias de las muchas personas con las que coincidió en los grupos de terapia y de las que ha ayudado después como terapeuta. Hoy creo que quien no ha pasado por esto, por mucho que se forme académicamente, no tiene la misma capacidad para ayudar y mucho menos para inspirar tanto. En mi caso, siempre que me ha guiado (que no obligado) para hacer algo concreto y siempre ha acertado en todo de lleno. Es la primera vez que alguien me motiva a hacer cambios profundos, difíciles y reales. M.G. (43 años)
  • Mi madre creía que era un caso perdido y yo en el fondo también lo pensaba de mí. Solo tengo que decir gracias al Universo por encontrarme contigo y ser mi mentora. Vivir todo lo que has vivido (y lo que no sabré), hablar de cosas que nadie nombra con tanta naturalidad, poner tantos ejemplos de historias de otras personas que se han superado y ver que, a pesar de haber pasado mucha oscuridad, hoy vives con alegría, me ha transformado. Te has convertido en mi esperanza, en mi ejemplo y ya no estoy perdida. B.Z. (21 años)
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2.- ¿Por qué estás especializada en mujeres?

No es mi intención discriminar a los hombres. Todo hombre que desee contratar una mentoría conmigo es bienvenido, de hecho, así ocurre muchas veces.

Empecé mi carrera como terapeuta en centros de desintoxicación cuyos usuarios eran sobre todo hombres (93% hombres y 7% mujeres) y mi método demostró ser un éxito con ellos también.

Pero me decidí a especializarme en mujeres cuando descubrí que padecemos el doble de depresión y trastornos del estado de ánimo que los hombres. Que por haber crecido en una sociedad patriarcal, tenemos creencias limitantes, miedos, complejos, adicciones y obstáculos muy específicos que nos hacen más vulnerables al dolor emocional. Y que, debido a siglos y siglos de maltrato que nos llenaron de miedo y nos dejaron sin autoestima, nuestra manera de sufrir suele ser muy silenciosa y encubierta. Por eso existen menos profesionales y oferta de ayuda especializada que para tratar las enfermedades emocionales típicas de los hombres.

Fui afectada también por esta situación y es mi deseo compensar este déficit.

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3.- ¿Qué tipo de problemas tienen las mujeres que te contratan como mentora de recuperación?

Las mujeres que contratan mis servicios como mentora padecen dolor emocional profundo y crónico, no un problema emocional superficial.

* Mujeres que padecen distimia, la hermana pequeña de la depresión, una tristeza o melancolía sutil pero profunda, que no desaparece con el tiempo.

* Mujeres que sienten tristeza profunda o sufren depresión (sea esta incapacitante o no, esté oficialmente diagnosticada o no) durante mucho tiempo y no entienden el por qué.

* Mujeres que padecen trastornos del estado de ánimo –depresión, distimia, ansiedad, pánico, t. bipolar, etc.– desde hace mucho tiempo y no estén mejorando con el tratamiento.

* Mujeres que padecen trastornos de la alimentación desde hace mucho.

* Mujeres —co-enfermas emocionales— que han enfermado por contacto con otro enfermo emocional de consideración. Por ejemplo, siendo hijas, madres o esposas de alguien que sufre depresión mayor, depresión maniaco-depresiva, bipolaridad, TLP, etc.

* Mujeres —co-adictas— que han enfermado por contacto con un cónyuge o hijo adicto al alcohol, a las sustancias, que padece ludopatía u otras adicciones a sustancias o actividades.

* Mujeres que necesitan consejo sobre cómo ayudar a un familiar enfermo emocional o adicto evitando que todo el sistema familiar se vaya a la ruina.

* Mujeres estancadas en una relación de dependencia de la que no son capaces de salir.

* Mujeres que acarrean dolor desde la infancia y tienen resentimiento a sus propios padres que quieren sanar.

* Mujeres que padecen codependencia. No se sienten merecedoras de lo bueno y son incapaces de manifestar abundancia a pesar de su esfuerzo.

* Mujeres que reconocen que no son felices o que su vida no va por buen camino al menos desde hace 10 años y que nada de lo que hacen por cambiar funciona.

* Mujeres que sienten insatisfacción y vacío crónicos.

* Mujeres que se sienten a la deriva en la vida, no dueñas de sus actos. Que repiten patrones y eligen conductas destructivas sintiendo que no pueden evitarlo. Recreación traumática.

* Mujeres que han padecido trauma y quieren extraer la sabiduría detrás de este para sanarlo completamente.

* Mujeres que han hecho terapia muchas veces. Que han intentado reencauzar su vida muchas veces y de muchas maneras—terapias, cursos, deporte, lecturas, viajes, parejas…— pero su dolor emocional siempre regresa.

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4.- ¿Por qué son muchas las mujeres que dan testimonio de que entrar en un proceso de recuperación ha sido lo único que les ha funcionado para sanar, mucho más que acudir durante años a una terapia psicológica convencional?

La razón por la que muchas personas manifiestan que entrar en un proceso de recuperación es lo único que les ha servido para progresar es porque su dolor era muy hondo y necesitaban un tratamiento holístico e intensivo, como lo es la recuperación.

La terapia psicológica convencional—que suele consistir en asistir una vez por semana para hablar sobre tus problemas con tu terapeuta en sesión individual—es adecuada y eficaz para muchas personas y en muchos casos, pero no ha demostrado dar buenos resultados cuando el dolor emocional es tan profundo que afecta a todas las facetas de la vida de una persona.

Las personas que padecen dolor emocional profundo y crónico se encuentran en una pescadilla que se muerde la cola. Su dolor les impide tomar decisiones adecuadas, alineadas con sus valores, y su vida se va desviando poco a poco del verdadero camino de su alma. Cuanto más desviada estás del camino de su alma, más dolor, depresión y otros síntomas padeces y, de nuevo, más incapacitada quedas para tomar decisiones adecuadas que te procuren salud y felicidad.

El proceso de recuperación es intensivo, organizado y muy radical. Pretende producir cambios profundos, una transformación que suponga una muerte y resurrección personal. Porque esta es la única manera de reencauzar una vida que va innegablemente por el mal camino.

Estas son las opiniones de algunas mujeres sobre la recuperación:

  • “He trabajado con varias psicólogas a lo largo de mi vida. Para mí, la mayor diferencia que he notado entre trabajar con ellas y entrar en un proceso de recuperación contigo es que vamos como muchos puntos más allá de lo evidente. Con las psicólogas hacía un trabajo más de aprender a desarrollar habilidades—relajación, asertividad, etc.—para gestionar mi terrible ansiedad, pero se quedaba ahí. No analizábamos porque había llegado a sentirme tan insegura y obsesiva. La recuperación, sin embargo, es como una revolución. Es un antes y un después. Es acceder a abrirte de par en par, arriesgándote a que todo tu mundo se caiga, porque no puedes soportar tanto dolor ni un minuto más. Lo que acaba sucediendo es que, al profundizar tanto en tu oscuridad, obtienes una nueva forma de ver la vida más sana. Esa sabiduría te quita el miedo y te da recursos. Tu miedo y tu ansiedad se van yendo y vas siendo más capaz de conducir tu vida como tú deseas. Me queda mucho por aprender, pero, sin duda, soy más consciente de por qué me pasaba lo que me pasaba. De que la vida no era injusta, yo estaba viendo mal y actuando mal porque tenía muchas carencias. Por primera vez en mi vida tengo mucha mucha mucha fe en que es cuestión de tiempo que sepa lo que es vivir feliz”. (V.C. 38 años)
  • “Aunque ahora mismo estoy en una fase «oscura» y difícil, que preveo será larga porque estoy resolviendo problemas que llevaba siglos evitando, sí que he notado mucho progreso. Es cierto que me ha costado bastante «creer» en la recuperación, abrirme al grupo, empezar a hacer tareas, etc. Pero al fin he podido comprender cuál es el origen de mis problemas y por qué siempre me he sentido triste y vacía. Cosa que nunca antes en tropecientos mil años de terapia, nadie me había hecho ver. De hecho, nunca había oído el término codependiente hasta que empecé la recuperación ¡y eso que yo soy codependiente de libro! Me parece fundamental conocerlo para entender la herida origen. Ahora ato cabos de todo. Es mucho el alivio que siento al comprender por qué tenía la vida que tenía. Creo que es fundamental para poder cambiar. En mis sesiones con psicólogos siempre salía de consulta diciendo… “Yo no sé para que vengo… me sacan el dinero». Incluso de todas las formaciones/cursos que he hecho, puedo decir que no me han servido absolutamente para nada. Nada hacía efecto en mí. Nunca se producía ningún “Aha moment!” (Como dice, mi mentora). En cambio ahora, tengo ganas de que llegue la siguiente sesión grupal, termino siempre como con «subidón» y contenta y con ganas de más. Es como que puedo ver la «luz» aunque todavía esté muy lejos de mi recuperación completa.” (C.M. 35 años)
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5.- ¿Qué diferentes opciones tengo para iniciar mi proceso de recuperación?

Podemos ofrecerte distintas maneras de que inicies un proceso de recuperación, para que se adecuen a tus circunstancias actuales.

✓ Mentoría individual 

Mentoría grupal 

Mentoría intensiva

Cursos monográficos de la escuela online 

Para más información, revisa nuestra oferta de servicios.

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6.- ¿Cuánto duran las sesiones de mentoring individual?

Puedes contratar sesiones de mentoring individual de 1 hora, 1 hora 30 minutos y 2 horas.

En la primera sesión te recomiendo escoger la opción de 1 hora 30 minutos o 2 horas. Para que tengas tiempo suficiente de exponerme tu caso con detalles y sea más fácil aconsejarte con todas las garantías.

Si estás encauzada en tus progresos de recuperación, te sientes fuerte emocionalmente y solo necesitas asesoramiento emocional de vez en cuando, te recomiendo contratar un pack de mentorías para bloquear algunas horas y asegurarte un apoyo regular, además de ahorrarte algo de dinero.

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7.- ¿Para qué tipo de problemas son adecuadas las mentorías individuales y para cuales no?

Las sesiones individuales son adecuadas para:

Determinar si mi método de recuperación resuelve efectivamente tu problema emocional.

Definir cuál es tu herida origen causante de tu dolor emocional. En la que debes enfocarte (y no en el síntoma del síntoma) si quieres sanar completa y definitivamente.

Describir cómo es el trabajo con una mentora y si es lo que necesitas de acuerdo con tus preferencias personales y circunstancias actuales.

Recibir mi consejo sobre un asunto de salud mental u emocional muy concreto, tuyo o de algún familiar a tu cargo, para el que necesites tomar decisiones.

Hacer una revisión de tu biografía, o de un familiar a tu cargo, y determinar qué obstáculo es el responsable de que no hayan progresos en la recuperación de su salud mental y/o emocional.

Proponerte un plan estratégico de recuperación acorde a tus circunstancias. Especificando a qué objetivos deberían ir encaminados tus esfuerzos de recuperación en la actualidad, a cuales no, y en qué orden.

Las sesiones individuales NO son adecuadas una vez conoces tu herida origen, tus objetivos de recuperación y lo que necesitas es tiempo y constancia para cambiar y resolver problemas. En este caso, deberías escoger una mentoría grupal o intensiva que te da acceso a reuniones individuales, de grupo, formación para desarrollar recursos y habilidades emocionales, prevención de recaídas y la motivación e inspiración que produce el compartir progresos en grupo.

  • En ningún caso se realizarán más de diez sesiones individuales recurrentes sin haber iniciado efectivamente un proceso de recuperación intensivo o sin encontrarnos en un nuevo escenario.
  • Las mentorías individuales no son un lugar propicio para conversar y desahogarse, sino un espacio para ser muy rigurosas con el tiempo centrando el foco en lo importante para poner toda mi experiencia a tu servicio y que obtengas la información de calidad que necesitas para tomar buenas decisiones y resolver efectivamente tus problemas emocionales.
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8.- ¿Por qué son muchas mujeres afirman que han alucinado con lo efectivas (casi mágicas) que son las sesiones de mentoring grupal?

Hace décadas que los norteamericanos demostraron que la terapia de grupo es muchas veces más efectiva que la individual, especialmente cuando se trata de sanar de trastornos psicológicos profundos, crónicos y repetitivos, como lo es la codependencia, las adicciones, las trastornos de la alimentación o el trauma.

Las primeras terapias de grupo se llevaron a cabo con veteranos de Vietnam altamente traumatizados. Que padecían un montón de síntomas incapacitantes como alcoholismo, depresión, violencia, suicidios e incluso esquizofrenia. Los expertos alucinaron al darse cuenta de que era contar, una y otra vez, las historias dolorosas de la guerra y sus dificultades a otros veteranos que los comprendían, lo que les permitía exteriorizar su dolor y sanarlo. Algo que no había logrado ningún profesional ni fármaco.

Entre otros muchos… Estos son algunos beneficios del mentoring grupal:

  • Ver crecer a otras personas en tu situación, te inspira a mejorar.
  • Presenciar como otras mujeres afrontan y resuelven sus problemas te da nuevas ideas y perspectivas que nunca antes habías siquiera contemplado para resolver los tuyos.
  • Que la sesión no esté centrada exclusivamente en ti ayuda a que bajes la guardia y tus defensas y recibas revelaciones que son imposibles de obtener en una terapia individual.
  • La mentora es más capaz de ver tus procesos en la participación social, que al fin y al cabo, es el mayor predictor de recuperación de la enfermedad psíquica.
  • El grupo es un entorno seguro donde puedes practicar desde el inicio los recursos aprendidos y a legitimar tu identidad, quizás por primera vez.
  • El acompañamiento emocional es fundamental para sanar emocionalmente. Ya se sabe… Las penas pesarán la mitad al confesarlas y los éxitos parecerán más grandes al celebrarlos en compañía.

Testimonio:

  • “Al principio me sentía muy rara en el grupo. Me daba mucho apuro, vergüenza, miedo, pena y mil adjetivos más contar mi vida y mis cosas. ¡Si no lo hacía ni con mi gente cercana! Participar en una mentoría de grupo puso de manifiesto por primera vez que no sabía expresarme, ni siquiera cuales eran mis sentimientos, tan desconectada como estaba. Ahora sé que esta forma de ser era justo lo que alimentaba mi aislamiento y mi depresión. Al principio siempre prefería callar. Y nadie me forzó a hablar hasta que yo no quise. Cuando empecé a compartir, luego me quedaba cavilando mil horas lo que había dicho y le daba vueltas a qué pensaría el grupo de mí, también si había dicho lo correcto o no, si había hecho el ridículo con eso o aquello que había dicho o incluso me sentía muy culpable después por haber hablado de mi vida y de mi familia. Pero, con el tiempo, al percibir un clima tan amable, al darme cuenta de que era un sitio totalmente seguro, con gente en la que podía confiar y que estaba en la misma situación que yo… Poquito a poco me fui abriéndome al grupo. Ahora me siento muy cómoda, la verdad. Estoy totalmente de acuerdo con los americanos. Escuchar las experiencias de otras personas me ha hecho no sentirme sola. Ver que hay más gente que también lo está pasando mal, yo que me creía que era la única tonta, me ha hecho recuperar autoestima. Escuchar los problemas de otras mujeres, aunque no sean iguales que los tuyos, ver sus progresos, etc. te hace aprender mucho e inevitablemente te hace a ti también progresar y mover el culo. El grupo siempre te comprende y te apoya y confía en que puedes y así encuentras el valor para cambiar. Mi experiencia con el grupo ha sido muy muy buena, la recomiendo totalmente. Me costó «arrancar”, pero puedo afirmar que es la primera vez en mi vida que he comprendido cuál es el origen de mi dolor, que me he sentido comprendida, con gente que habla mi idioma, algo que me ocurre por primera vez. Además, casi sin darme cuenta, he cambiado a un trabajo mejor, me he mudado de casa, de ciudad, he terminado una relación que me hacía mucho daño y no podía soltar durante años y ahora estoy trabajando y reduciendo los atracones. Hay muchos pequeños progresos en mi vida, lo cual es muy satisfactorio y me anima a seguir”. (T.A. 42 años)
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9.- ¿En qué consisten las sesiones de mentoring grupal?

En las sesiones de mentoring grupal se trabaja con varias personas que tienen un objetivo común—la recuperación—al mismo tiempo.

Los grupos son muy reducidos. Las sesiones son confidenciales y están cifradas de extremo a extremo. No pueden grabarse ni difundirse y las participantes están obligadas a firmar un contrato que garantiza el anonimato, además de que proveemos de varios métodos para proteger todavía más tu intimidad, si así lo necesitas.

Si te decides a iniciar un proceso de recuperación recibirás un calendario con muchas opciones de sesiones de mentoría grupal a la semana en distintos horarios. Podrás acceder a todas ellas o solo a algunas, según el tipo de mentoría que hayas contratado.

Las sesiones grupales estarán enfocadas, básicamente, a 4 objetivos distintos:

* Comprender el mundo emocional e interior:

Para qué sirven las emociones; qué es la codependencia; comprender el trauma; la función de la adicción; cuando una familia es disfuncional; los defectos de carácter; el trauma de la intimidad, sexual o financiero; la anorexia sexual; superar la adicción a la comida; la pareja terapéutica; el cuerpo y el trauma; el nervio vago y la superación de la ansiedad; cómo saber cuándo alejarse de alguien; tratar la desconexión del cuerpo; trabajar la indecisión, el perfeccionismo o la autocompasión…

* Desarrollar recursos y habilidades emocionales y mentales:

Límites, resolución de problemas, comunicación asertiva, escucha activa, contención, manejo de la frustración, gratitud, prácticas de recuperación diarias, tolerar el estrés, expresar la rabia,…

* Enriquecerse espiritualmente:

Estudio de los 12 Pasos, El Poder Superior en la recuperación, La sabiduría detrás del trauma, Un curso de milagros, cómo rezar, cómo usar la meditación, gratitud, trucos para escuchar la guía interior, desarrollar el merecimiento,…

* Sesiones de sanación emocional (solo para mentorías intensivas):

Expresar los sentimientos, expresar la identidad, la pena, la rabia, compartir la propia historia, compartir los éxitos de la recuperación, someter una decisión a la conciencia de grupo,…

Para más información, revisa nuestra oferta de servicios, sección mentorías grupales.

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10.- ¿Cuándo decantarse por contratar sesiones de mentoring intensivo?

El programa de mentoring intensivo es la modalidad ideal para todas las personas que llevan sufriendo mucho tiempo, que reconocen sin resistencias que necesitan ayuda, que están decididas hacer todo lo necesario por sanar y que quieren hacerlo rápido.

Se trata de un proceso muy exigente que requiere de estar muy comprometida y de tener las circunstancias personales—en términos de tiempo, energía, ganas, dinero y motivación—adecuadas para sacar el máximo partido.

Contratando este programa tienes acceso a mentorías de grupo de formación, sesiones grupales de sanación, sesiones individuales, vídeos, tareas, el seguimiento muy personalizado y estrecho de tu caso e, incluso, acceso a contactarme en cualquier momento si contratas la opción premium.

Este programa no te garantiza que acabes los meses de mentoría siendo la mujer que siempre soñaste ser porque eso es un trabajo de por vida. Pero sí que comprenderás cuál fue el motivo de tu sufrimiento, qué debes hacer exactamente para repararlo y ya estarás encaminada por la senda correcta. El resto será que prosigas con tu recuperación con una necesidad gradual menor de ayuda.

Para más información, revisa nuestra oferta de servicios, sección mentorías intensivas.

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11.- ¿Qué necesito para poder iniciar ya mismo un proceso de recuperación contigo?

Las Mentorías se hacen vía Zoom. Asegurarte de que dispones de un ordenador, Tablet o Smartphone y una buena conexión a internet.

Rellena el formulario de contacto en la web o envíame un email diciendo que estás interesada en iniciar un proceso de recuperación y te haremos llegar un cuestionario, para poder valorar sí probablemente te puedo ayudar.

En caso de que así sea, te propondremos que contrates una primera sesión individual.

Una vez contratada, toma nota en tu agenda y para ese día busca un lugar tranquilo y sin interrupciones en el que llevar a cabo nuestra sesión. ¡Tu vida estará a punto de dar un vuelco!

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12.- ¡Importante! Antes de contratar cualquier servicio, revisa los términos y condiciones de las mentorías con Isabel Tarín.

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